«Vivimos en un entorno con códigos. Hay quien dice que la ciencia ha de dejar lugar a la creativdad, a la libertad absoluta… ¿Puede ser esto posible? Los científicos, como cualquier otro gremio, tenemos un código deontológico, un marco que delimita lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer, un código de buenas prácticas científicas que debemos cumplir, como los médicos, los jueces o los arquitectos. ¿Por qué ibamos a ser una excepción?».
El investigador científico del CSIC y del CIBER de Enfermedades Raras y vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología, Lluís Montoliu, habló de los límites de la biomedicina actual en la cuarta conferencia del Aula Andrés Laguna 2023, que organizan la Real Academia de San Quirce y la Fundación Lilly. Montoliu trazó un recorrido por los avances que plantea la biomedicina y dejó para el final la respuesta a una pregunta con más enjundia de lo que pudiera parecer: ¿Debemos hacer todo lo que podemos hacer?
«Todos estamos de acuerdo en el bienestar animal, pero el uso de animales también puede resultar positivo en el desarrollo de una terapia útil para curar una enfermedad»
«Es preciso tomarnos un tiempo para reflexionar sobre esos avances. Suele confundirse moral con ética, pero son distintas. No todas las culturas tienen la misma moral, que es la que nos dicta lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, a veces tenemos que tomar una decisión entre dos situaciones en conflicto que, por separado, podemos considerar conceptualmente buenas. Y lo que nos permite reflexionar sobre lo bueno y lo malo es la ética. La ética nos ayuda a resolver. Por ejemplo, todos estamos de acuerdo en el bienestar animal, pero el uso de animales también puede resultar positivo en el desarrollo de una terapia útil para curar una enfermedad. ¿Esto quiere decir que para cualquier propuesta que se me ocurra voy a tener el permiso de utilizar animales? Absolutamente, no, porque tendré que razonarlo, argumentarlo», explicó.
Montoliú habló de la posibilidad que la ciencia ofrece actualmente para generar quimeras. «De la mezcla de embriones de cerdo y de embriones humanos pueden nacer quimeras. Es una propuesta muy al límite que algunos investigadores han explorado para conseguir en los cerdos órganos de origen humano que puedan ser necesitados como reemplazo cuando sean necesarios. Evidentemente, no hemos llegado tan lejos porque los propios investigadores se han autolimitado. Esas células humanas que se introducen en un embrión de cerdo también pueden llegar al cerebro. ¿Y qué porcentaje de células cerebrales humanas estamos dispuestos a tolerar en un animal de estas características? ¿A partir de cuántas células deja de ser un cerdo para ser otra cosa? Parece ciencia ficción pero no lo es. Son experimentos que han empezado a llevarse a cabo y se han detenido antes de que las células humanas contribuyeran a desarrollar el sistema nervioso del animal, por limitación del propio investigador. Pero no todos los investigadores tienen los mismos sistemas de control», dijo el científico, que también habló de la tecnología CRISPR y la edición genética para el tratamiento de ciertas enfermedades.
Montoliu concluyó dando respuesta a la pregunta al principio formulada: «Vivimos tiempos extraordinarios. La ciencia progresa exponencialmente, rápidamente. Y hay muchas cosas que podemos hacer, algunas de ellas maravillosas, que permiten conseguir que personas enfermas sanen, pero otras tantas que igual nos exigen una reflexión más allá del ámbito científico. ¿Debemos hacer todo lo que podemos hacer? Mi respuesta es no».