José Miguel Merino de Cáceres, guardián del patrimonio

La Real Academia de Historia y Arte de San Quirce ha recibido este sábado, 9 de septiembre, la triste noticia de la muerte del académico supernumerario José Miguel Merino de Cáceres, de 81 años, arquitecto conservador y maestro mayor del Alcázar de Segovia. Merino de Cáceres ingresó en San Quirce el 30 de octubre de 1987, con el discurso ‘Los arquitectos de Segovia’, para ocupar la plaza de académico de número (Medalla 7) que había dejado vacante el carismático Mariano Grau Sanz, fallecido el año anterior.

Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, con la especialidad de Restauración de Monumentos (1968), se doctoró en Arquitectura en 1985, por la Universidad Politénica de Madrid (UPM). Fue catedrático de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo y responsable del área de Teoría e Historia de la Restauración del Máster de Restauración en la propia UPM. Desde 2012 era catedrático emérito.

Merino de Cáceres deja infinidad de libros y publicaciones sobre la historia de la arquitectura y la restauración. Sus principales líneas de investigación se centraron en la teoría y la historia de la arquitectura monástica, la metrología y la composición en la arquitectura medieval, la destrucción del patrimonio monumental español, el traslado de monumentos y la reutilización de restos históricos. Parte del fruto de su trabajo quedará para siempre en las publicaciones de la Academia: la revista Estudios Segovianos, donde escribió numerosos artículos, y la colección Segovia al Paso, con dos obritas de sumo interés, La iglesia de la Vera-Cruz de Segovia (1998) y El Monasterio de Santa María de Sacramenia (2003). Su último libro, escrito en colaboración con María José Martínez Ruiz y publicado este mismo año, lleva por título De Fuentidueña a Manhattan y aborda el expolio del ábside de la iglesia románica de San Martín de Fuentidueña y su traslado a Nueva York.

Arquitecto de la Dirección General de Bellas Artes, arquitecto de Zona de Valladolid, Salamanca, Ávila y Segovia, representante del Ministerio de Cultura en el Comité de Monumentos y Sitios del Consejo de Europa, director del Centro Nacional de Información Artística y autor de más de doscientas cincuenta intervenciones de restauración en edificios históricos, fue el encargado de redactar los planes de protección de los conjuntos monumentales de Ávila, Segovia y Cuéllar, de los planes directores de las catedrales de Segovia y Toledo, de los monasterios de Santa María de Palazuelos (Valladolid) y de Santa María del Parral (Segovia) y del Alcázar de Segovia.

Merino de Cáceres, el día que recibió la Medalla de Plata del Alcázar / Patronato del Alcazar

Su trabajo en la fortaleza segoviana, durante cincuenta años, ha sido fundamental para la recuperación de su esplendor histórico. Entre sus obras más emblemáticas figuran la reconstrucción de la Sala de la Galera, la recuperación y adaptación de la Casa de la Química, la renovación de las fachadas y las restauraciones de la Torre de Juan II, del postigo del Obispo y de la muralla sur de la plazuela. Precisamente, su última intervención fue la espléndida remodelación de la plaza de la Reina Victoria Eugenia, de la que se sentía muy orgulloso. En 2022 recibió la Medalla de Plata del Alcázar, al ser nombrado patrono emérito de su Patronato. «José Miguel Merino de Cáceres vivirá eternamente entre las piedras del monumento a cuya conservación dedicó la mayor parte de su vida y al que tanto amó y cuidó», señalan fuentes de la fortaleza. Desde 1990 era correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), y numerosos premios jalonan su brillante trayectoria, como el prestigioso Europa Nostra.

«Vivirá eternamente entre las piedras del Alcázar de Segovia, el monumento a cuya conservación dedicó la mayor parte de su vida y al que tanto amó y cuidó»

Alcázar de Segovia

La muerte de José Miguel Merino de Cáceres representa un duro golpe para la Academia, en cuya vida ha participado intensamente (en julio de 2010 pasó a la condición de supernumerario), pero también para la arquitectura, el patrimonio y la ciudad de Segovia, que «guardará siempre en la memoria su intensa actividad y dedicación» a la protección de sus monumentos, en palabras del propio Ayuntamiento.

San Quirce traslada todo su cariño, afecto y consuelo a familiares y amigos. Fallecido en Madrid, donde residía, sus cenizas serán inhumadas en su queridísima Segovia natal. El detalle del primer retrato que ilustra estas líneas es obra de su buen amigo Carlos Muñoz de Pablos.

Descanse en paz.