Fuencisla Gallego Martínez, licenciada en Historia del Arte y documentalista, guio la tarde del 26 de septiembre la segunda de las tres visitas previstas en el ciclo Lecciones de Arte, que organiza la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce. La historiadora habló de la sarga de la capilla de Santiago de la Catedral de Segovia en el interior del propio templo.
Los asistentes pudieron admirar la belleza de una pieza magnífica, realizada en torno al año 1600 por el pintor segoviano Alonso de Herrera. Su estudio y contemplación permiten descubrir aspectos técnicos, formales e iconográficos de estos telones, que llegaron a ser un elemento fundamental en la celebración popular de la Semana Santa, y que hoy han caído en el olvido.
Gallego (en la fotografía, junto a la sarga) explicó que el uso de las sargas se extendió en la España de Felipe II a raíz del Concilio de Trento. Los numerosos cambios introducidos en la liturgia católica contribuyeron al nacimiento de la sarga o monumento de Semana Santa como manifestación artística esencial para la representación de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo durante el Triduo Pascual.
Las sargas llegaron a ser un elemento fundamental en la celebración popular de la Semana Santa
Siglos después, la práctica de extender enormes telones o cortinas delante de los altares cayó en desuso, y las sargas fueron arrinconadas en las sacristías de las iglesias, en conventos y monasterios e incluso en almacenes y cillas. Bajo las explicaciones de la historiadora, los participantes contemplaron pormenorizadamente la sarga de la capilla de Santiago de la Catedral, desplegada para la ocasión sobre las baldosas del templo.
La lección incluyó una visita a la propia capilla, adquirida por Francisco Gutiérrez de Cuéllar, contador de Felipe II y caballero de la Orden de Santiago, y su esposa el 30 de enero de 1527. El retablo, de estilo barroco, data de 1591, es obra de Pedro de Bolduque y está dedicado al apóstol Santiago.