José Arias Martínez, profesor de Literatura, escritor y aficionado excursionista, habló este viernes, 22 de marzo, del Guadarrama en la literatura, en la cuarta lección del 45º Curso de Historia de Segovia, dedicado a la Sierra de Guadarrama. Autor del libro Paisaje y literatura de la Sierra de Guadarrama, Arias Martínez dijo que el Guadarrama ocupa un lugar «particular y amplio» en el contexto general de la literatura española, pues «ha alumbrado textos de todo tipo, incluso científicos, y de gran calidad». Para el profesor, es la montaña que más inspiración ha despertado entre los hombres de letras. «No hay otra montaña en España que haya inspirado a más escritores. Es una sierra riquísima en letras y cultura. La sierra culta se dice de ella».
Después de citar a Ramón Menéndez Pidal, que consideraba la Sierra de Guadarrama la Arcadia de la literatura española, el ponente trazó un interesante viaje por la historia de nuestras letras a través de los escritores que se han referido en sus textos al Guadarrama, empezando por el Arcipreste de Hita, autor del Libro de Buen Amor, tan vinculado a esta montaña. También citó Arias Martínez el Libro de la Montería, escrito por encargo del rey Alfonso XI de Castilla, que describe minuciosamente los montes y bosques hispanos de la época, y las Serranillas del Marqués de Santillana, algunas ambientadas en la Sierra.
«Cervantes alude al Guadarrama en varias ocasiones, una de ellas en el Quijote, cuando Alonso Quijano se enfrenta a unos arrieros toledanos que se burlan de su amada Dulcinea dicéndole que es tuerta de un ojo y que del otro le mana azufre. «No le mana, digo, eso que decís, sino ámbar y algalia entre algodones, y no es tuerta ni corcovada, sino más derecha que un huso de Guadarrama», replicó don Quijote». Lope de Vega y Tirso de Molina dejaron estampas de la Sierra que perduran en el tiempo, y Góngora dedicó un «magnífico» soneto al puerto de Guadarrama, inspirado en la tradición pastoril. «Ya avanzado el XVIII, tenemos a Gaspar Melchor de Jovellanos, que se refugió en El Paular tras sufrir un desengaño amoroso y escribió una hermosa epístola que convertía el paisaje en confidente de su pena amorosa».
Blasco Ibáñez, Azorín, Unamuno, Ramón Gómez de la Serna, Manuel Azaña, Enrique de Mesa, Juan Ramón Jiménez, Lorca, Alberti, Aleixandre, Rosales, Ridruejo, Ortega y Gasset… «La nómina de escritores que hablan del Guadarrama es interminable». El profesor se detuvo en Antonio Machado, por muchos considerado poeta guadarramista. «Machado admiraba la sierra. El poema más conocido que le dedica es todo un símbolo del Guadarrama».
¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo,
La sierra gris y blanca,
La sierra de mis tardes madrileñas
que yo veía en el azul pintada?
Por tus barrancos hondos
y por tus cumbres agrias,
mil Guadarramas y mil sones vienen
cabalgando conmigo, a tus entrañas.
Camino de Balsaín, 1911