El público asistente a la quinta lección del XLV Curso de Historia de Segovia, dedicado a la Sierra de Guadarrama, tuvo la oportunidad de acercarse a la montaña que divide ambas Castillas a través del arte. La profesora Pilar de Miguel Egea (Universidad Autónoma de Madrid) trazó un recorrido por la historia de la pintura con el Guadarrama como objeto, desde los pintores que la utilizaron como telón de fondo hasta los que pusieron el foco directamente en ella.
Entre los primeros, De Miguel se refirió al gran Diego de Velázquez, que ambientó en la Sierra numerosos cuadros, algunos tan célebres como los retratos ecuestres de Felipe IV y del conde-duque de Olivares o el del príncipe Baltasar Carlos cazador (detalle en la imagen superior). En estos lienzos aparecen esos cielos que tantas tardes pueden observarse sobre el Guadarrama en cualquiera de sus dos vertientes. La Sierra fue asimismo objeto de atención de los pintores franceses cercanos a la corte de Felipe V.
Velázquez ambientó en la Sierra numerosos cuadros, algunos tan célebres como los retratos ecuestres de Felipe IV y el conde-duque de Olivares
La profesora mostró después algunas de las pinturas del siglo XIX que tienen la Sierra de Guadarrama como protagonista y reflejan sus paisajes en todo su esplendor. El pionero fue el pintor romántico Jenaro Pérez Villaamil (1807-1854), que plasmó la montaña en numerosos cuadros y litografías. El paisajista Carlos de Haes (1826-1898) transmitió su pasión por la Sierra a muchos de sus alumnos de la Academia de San Fernando, y otros pintores importantes captaron la belleza de los paisajes carpetanos en sus lienzos, como Martín Rico y Ortega (1833-1908), discípulo de Villaamil e introductor del paisaje realista en España, o Jaime Morera y Galicia (1854-1927), que pintó la nieve como nadie (dijo la ponente que era tal el realismo, que en sus exposiciones la gente se constipaba). Sus excursiones pictóricas por las montañas del Guadarrama dieron lugar a una amplia colección de obras. Contemporáneo de Morera fue Aureliano de Beruete y Moret (1845-1912), pintor paisajista e intelectual que introdujo a Joaquín Sorolla en el guadarramismo.
De Miguel se adentró en el siglo XX y se detuvo en el retratista y paisajista neocubista Daniel Vázquez Díaz (1882-1969) o en las aportaciones guadarrameñas del grupo El Paso, y alcanzó incluso el siglo XXI para citar a la pintora Isabel Quintanilla (1938-2017), una de las figuras fundamentales del realismo contemporáneo, que tiene un «espléndido Guadarrama» en el Museo Thyssen. La sala disfrutó con las explicaciones de Pilar de Miguel Egea y las numerosas obras que expuso.