«La Granja es un verdadero muestrario de la historia de la arquitectura y el urbanismo»

María Jesús Callejo, profesora de la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y académica de número de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, impartió este viernes, 12 de abril, la sexta lección del 45º Curso de Historia de Segovia, dedicado a la Sierra de Guadarrama. Callejo habló del origen y la evolución de los palacios de La Granja y Valsaín en una interesante conferencia titulada De Casas de campo y caza a Reales Sitios: La Granja de San Ildefonso y Valsaín.

Palacio de Valsaín, hacia 1633, por Félix Castelo

La profesora partió del Libro de la Montería, encargado por el rey Alfonso XI de Castilla mediado el siglo XIV, para señalar los bosques de Valsaín como uno de los lugares predilectos de la Monarquía para el ejercicio de la caza, afición que compartieron varios monarcas y que determinó la construcción, en plena Edad Media, del palacio de Valsaín, hoy en ruinas. Callejo habló de la evolución arquitectónica de este complejo, de los Trastámara a los Habsburgo, de casa de caza en tiempos de Enrique el Doliente a suntuoso palacio por obra y gracia de Felipe II, que encargó la construcción de una edificación de influencia flamenca sobre el primitivo pabellón. En este palacio, organizado alrededor de un gran patio y flanqueado por torres en las esquinas, nació en 1566 Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II e Isabel de Valois, a quien su padre habría de entregar en el futuro la soberanía de los Países Bajos.

Del Real Sitio de La Granja, María Jesús Callejo ahondó en sus orígenes, vinculados al albergue y la ermita que el rey Enrique IV, gran aficionado a la caza, ordenó construir bajo la advocación de san Ildefonso. Los Reyes Católicos donaron estas construcciones y la extensión de tierra que las rodeaba a los monjes jerónimos del Parral, que utilizaron esa granja como espacio de meditación y recreo. «Fue el lugar que Felipe V compró después para levantar su lugar de retiro, enamorado como estaba del paisaje y la riqueza cinegética de la zona». La ponente mostró algunas composiciones para exponer la evolución arquitectónica que el Palacio Real de La Granja experimentó durante el siglo XVIII hasta alcanzar el aspecto que hoy posee. Alrededor del complejo palaciego fue naciendo, poco a poco, el pueblo de La Granja, todo un referente urbanístico de la época.

Felipe V e Isabel de Farnesio, por Van Loo

«La Granja no es solamente el Palacio, no es solamente los jardines. Hay un pueblo, muy interesante desde el punto de vista del urbanismo, pero también de la arquitectura. La Granja es un verdadero muestrario de la historia de la arquitectura española, de la historia del urbanismo, de la historia de la jardinería, de la historia de la pintura, de la decoración… Afortunadamente, conservamos un ejemplo único de esos jardines ‘a la francesa’ que se impusieron en la primera mitad del siglo XVIII», concluyó María Jesús Callejo.