Mientras tuvo culto, la hoy sede social de la Academia estuvo consagrada a san Quirce, Quílez o Quirico. La Iglesia católica celebra, cada 16 de junio, la conmemoración de san Quirce y su madre, santa Julita, martirizados en el año 303 por Alejandro, lugarteniente de Domiciano, gobernador de Iconia (Asia Menor), que ejecutaba bárbaramente los edictos de Diocleciano.
La Academia reserva el acto para entregar la acreditación de Académico Honorario a aquellas personas cuya labor está en consonancia con los fines de la institución
«Soy cristiana», confesó la mujer ante el romano, que ordenó azotarla sin piedad. Milagrosamente, el bebé, que estaba a su lado, pronunció tres palabras: «También soy cristiano». Enfurecido el juez, cogió al pequeño de los pies y lo estrelló contra la escalera del estrado, en presencia de la malherida madre, que habiendo visto morir a su hijito, se mantuvo firme en la fe y pidió que le cortaran la cabeza. El culto a santa Julita y san Quirico se extendió rápidamente por toda la cristiandad.
Transcurridos casi diecisiete siglos, algún académico de San Quirce pensó en buena hora que la Academia estaba en deuda con el santo titular del templo románico, escenario desde 1927 del desarrollo de sus actividades culturales. Y era cierto: san Quirce llevaba prestando su nombre a esta Casa desde hacía ya muchos decenios y merecía el agradecimiento de la institución. Por ello, los académicos festejan al santo titular todos los años, cuando llega el día 16 de junio y el verano empieza a despuntar.
La ‘cabeza’ de Machado distingue a quienes están generosamente comprometidos con las actividades que San Quirce desarrolla durante el curso
Se trata de un día especial, sin erudiciones ni conferencias, sin publicaciones ni ciclos de Historia y Arte; un día muy agradable que la corporación aprovecha para agradecer y reconocer a personas y organismos no oficiales generosamente comprometidos con el trabajo anual de San Quirce. Y lo hace entregando a los distinguidos la ‘cabeza’ en bronce de Machado, reproducción del busto que Emiliano Barral esculpiera al poeta realizada por el gran José María García Moro, escultor y académico.
Por otra parte, la Academia de San Quirce también reserva el acto festivo, en el que no suele faltar la música, para la entrega de la acreditación de Académico Honorario a aquellas personas conocidas por su trabajo en favor de la cultura en Segovia y su provincia y que, por distintas razones, no han sido incorporadas a la institución como académicas de número o correspondientes, aunque bien lo hayan podido merecer, y en cualquier caso, han desarrollado una labor coincidente en muchos sentidos con los fines que la Academia persigue.
Académicos honorarios
Dª. Gloria Sanz San José (2021)
D. Carlos de Dueñas Díez (2021)
D. Aurelio Quintanilla Fisac (2020)
D. Jesús Mazariegos Pajares (2018)
D. Ismael Peña Poza (2018)
D. Carlos Arnanz Ruiz (2018)
D. Francisco Peralta González (2016)
D. Pablo Martín Cantalejo (2015)
D. Ángel Serrano Hernández (2014)
D. Jesús Serrano Hernández (2014)
D. Mariano Gómez de Caso Estrada (2013)
Busto de Machado
D. Fernando Herranz Solís (2022) Patronato del Alcázar (2021)
D. Gregorio Herrero (2019)
Fundación Lilly (2018)
D. Alfredo Matesanz Gómez (2017)
Dña. Marisa Duque Pascual (2016)
D. Cándido López Cuerdo (2015)
Real Academia Española (2014)
D. Antonio Gozalo de Apellániz (2014)
D. Francisco del Caño Agraz (2013)
El Adelantado de Segovia (2012)
D. José María Ruiz (2011)
D. Miguel Ángel Moreno Asenjo (2010)
D. Roberto Moreno López (2009)
D. Malaquías del Pozo (2009