«Esta iglesia ha sido adquirida por la Universidad Popular a propuesta del profesor D. Mariano Quintanilla. Año 1927».
Esta placa de cerámica, donada en 1928 por Juan Zuloaga, ceramista y profesor de la Universidad Popular Segoviana, conmemora la compra de la iglesia románica de San Quirce y su transformación en sede social de la corporación, un hito en la historia de la institución, pues con la adquisición de una sede propia echaba raíces y garantizaba su estabilidad y pervivencia.
Aunque barajaron la opción de la antigua iglesia de San Nicolás, los profesores de la UPS se decantaron finalmente por San Quirce, situada en la calle Capuchinos Alta, de Segovia. En la votación participaron Francisco Javier Cabello (director), Antonio Ballesteros (secretario), Mariano Quintanilla, Segundo Gila, Juan Zuloaga, Juan de Contreras, Marceliano Álvarez Cerón y Julián María Otero. Era 15 de julio de 1927.
«Convencidos los Profesores asistentes de que la compra de la Iglesia de San Quirce, además de suponer un beneficio para la vida espiritual de Segovia, ya que se logra salvar uno de sus bellos monumentos románicos, representa, para la Universidad Popular, la posesión de un domicilio social digno de su labor de cultura que aumentará su prestigio y la estimación pública de su eficacia, siendo realmente mínimo el sacrificio económico que habrá que realizar, acuerdan por unanimidad y con gran entusiasmo […] autorizar al Director Sr. Cabello para realizar la compra».
El sacrificio económico eran 7.000 pesetas de las de entonces, pero la UPS ponía fin al peregrinaje por varias sedes, primero la Escuela Normal de Maestros y después un local bajo de la calle Colón a todas luces insuficiente para el desarrollo de los fines de la entidad. Los profesores tuvieron que pedir dos préstamos hipotecarios —el primero avalado con su garantía personal— para pagar la compra y afrontar la profunda reforma que el inmueble requería.
El edificio era una pura ruina. Desamortizado en el siglo XIX, llevaba décadas convertido en almacén de depósito de la Intendencia Militar de la Plaza y almacén de paja. De no ser por el interés de la UPS, es muy probable que el destino de San Quirce, construida en el siglo XII, hubiera sido el que tuvieron otras iglesias cercanas que acabaron sucumbiendo a la piqueta (San Pablo, San Román y San Facundo son tres buenos ejemplos).
La restauración
San Quirce está situada en la parte alta de la ciudad, no lejos de San Miguel y muy cerca de San Nicolás y la Trinidad. Escribe Cabello que es el más modesto de los cuatro templos, pero quizás el más antiguo, pues no es razonable que se construyera una iglesia más pobre al lado de una tan suntuosa como la Trinidad, y sí que se edificara una nueva de mayor magnificencia por una antigua y pequeña.
Francisco Javier Cabello, director de la UPS y arquitecto de profesión, fue el encargado de dirigir la reforma del inmueble. El objetivo era convertir la nave en un salón de actos confortable y accesible, para lo cual fue necesario construir la bóveda, entarimar el piso, abrir ventanales y restaurar el ventanal del ábside, donde antes había una puerta cochera. También se habilitó la casa adosada en la fachada del mediodía y parte del torreón a fin de instalar allí las dependencias de la Universidad Popular.
«Los segovianos abandonaron un templo que la piedad de sus mayores construyó. Otros templos fueron abandonados también en Segovia, en parte porque los tiempos han amenguado la fe, y en parte porque la piedad ha cambiado y necesita otros templos de traza y gusto diversos al de estos sencillos y bellos templos románicos. Hoy recogen este templo, abandonado por los devotos de una religión, unos devotos de la cultura».
Ignacio Carral
El 29 de mayo de 1928, tuvo lugar el acto de inauguración, en el que hubo un recuerdo muy especial para dos profesores fallecidos, José Rodao y Vicente Fernández Berzal. El gobernador civil de Segovia y profesor de la Escuela Superior del Magisterio, Rufino Blanco, pronunció la conferencia Literatura y Pedagogía. Para la historia de la institución quedan los nombres de los profesores que protagonizaron aquel momento: Antonio Machado (director honorario), Francisco Javier Cabello (director), Antonio Ballesteros, Mariano Quintanilla, Julián María Otero, Rubén Landa, Marceliano Álvarez Cerón, Rufino Cano de Rueda, Agustín Moreno, Juan Zuloaga, Segundo Gila, Manuel Palomares, el marqués de Quintanar y el marqués de Lozoya.
Casi cien años después, el Aula de San Quirce, ese espacio diáfano que Cabello concibió como salón de actos, es el corazón de la Real Academia de Historia y Arte, testigo del conocimiento y la sabiduría, espacio de encuentro y convivencia para quienes aman la Historia, el Arte, la Poesía y la Ciencia. La CULTURA. Con mayúsculas.