La física y la armonía: clausura memorable del Aula Andrés Laguna

La sede de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, acogió el pasado 2 de junio la conferencia de clausura del Aula Andrés Laguna, celebrada bajo el auspicio de la Fundación Lilly, con una ponencia que fusionó ciencia y música y deparó una velada inolvidable. Bajo el título La física en busca de la armonía, la divulgadora científica Almudena Martín Castro, licenciada en Física y Bellas Artes, cautivó al público con una charla que exploró las conexiones profundas entre la estética, la música y la física, acompañada por la exquisita interpretación en directo del cuarteto de cuerda Dalmare.

La tarde comenzó con un concierto del cuarteto Dalmare, cuya música de cámara envolvió a los asistentes en una atmósfera de serenidad y emoción. Almudena Martín, con humor y claridad, agradeció a la Fundación Lilly la invitación y al cuarteto por su «pedazo de concierto». Desde el inicio, su carisma y pasión por la divulgación lograron conectar con una audiencia diversa.

Almudena Martín, durante la conferencia / ENRIQUE DEL BARRIO

Martín relató su trayectoria académica, una combinación poco convencional de Bellas Artes, piano y Física, que ella misma describió como «exótica» pero lógica. Su interés por la estética en las artes plásticas y la acústica en la música la llevó a estudiar Física en la UNED, motivada por una pregunta central: ¿por qué algo tan abstracto como la música, simples ondas de presión en el aire, puede emocionarnos hasta las lágrimas? Esta curiosidad, que marcó su camino, refleja una conexión profunda entre disciplinas aparentemente dispares.

La ponente destacó cómo la belleza y la armonía han sido motores en la historia de la física. Desde Pitágoras, considerado el primer físico, hasta gigantes como Einstein, los científicos han buscado en las matemáticas precisión, pero también elegancia. Pitágoras, con su descubrimiento de las leyes de la consonancia, demostró que las proporciones numéricas simples en las cuerdas de un monocordio producen sonidos armónicos, mientras que las proporciones complejas generan disonancia. Para ilustrarlo, el cuarteto Dalmare tocó un acorde consonante, seguido de uno disonante, mostrando cómo pequeñas variaciones en las longitudes de las cuerdas alteran drásticamente la percepción sonora. «Esos números sencillos producen belleza», afirmó Martín, que recordó cómo Pitágoras vinculaba la armonía matemática con la estética del cosmos.

Otro momento de la disertación / ENRIQUE DEL BARRIO

Este concepto de cosmos, un universo ordenado y bello opuesto al caos, permeó el pensamiento griego y occidental. Martín explicó cómo esta idea influyó en la física, la música y el arte. En la música, el pensamiento pitagórico dio lugar a una tensión entre la teoría cerebral y la práctica intuitiva, que evolucionó con el tiempo hacia formas más expresivas, como la ópera, impulsada por figuras como Vincenzo Galilei. En el arte, las proporciones simples defendidas por Vitruvio inspiraron a arquitectos y artistas del Renacimiento, como Leonardo da Vinci, aunque Martín desmitificó la relación del Hombre de Vitruvio con el número áureo, pues no hay evidencia documental de su uso.

La charla también abordó cómo la música y la física se entrelazaron en figuras como Kepler, quien comparó las órbitas planetarias con una escala musical, asignando a Mercurio el rol de «soprano» por su órbita excéntrica. Incluso Newton, pese a su aversión a la música, aplicó la escala musical a su teoría óptica, dividiendo la luz en siete colores, un número que Martín cuestionó con humor, proponiendo que el «añil» es un invento forzado.

Actuación del cuarteto de cámara Dalmare / ENRIQUE DEL BARRIO

En el siglo XX, la búsqueda de la belleza continuó guiando a físicos como Einstein, que confiaba en la elegancia de sus ecuaciones como indicio de verdad, aunque su rechazo a la mecánica cuántica por considerarla «fea» lo dejó rezagado. Martín reflexionó sobre si la belleza es un criterio válido en la ciencia, y concluyó que es fuente de inspiración y herramienta para crear modelos simples y comunicables.

El cuarteto Dalmare cerró la tarde con la misma armonía que Martín había desentrañado en su charla. La conferencia clausuró con éxito el Aula Andrés Laguna y dejó al público con una renovada apreciación por la intersección entre ciencia, arte y música. La búsqueda de la armonía trasciende disciplinas y nos conecta con la esencia del cosmos.