Fue una tarde mágica que quedará para la historia cultural de la ciudad. Convocadas por la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, cerca de ochenta personas participaron en el recitado continuo y en voz alta del poemario Nuevas canciones, que tuvo lugar, durante hora y media, en un sitio muy especial: el patio del castaño de la Casa-Museo de Antonio Machado en Segovia. Representantes de las instituciones y de distintos ámbitos de la sociedad prestaron su voz al poeta, cuyos versos vibraron en una tarde enteramente dedicada al goce espiritual.
El director de San Quirce, Pablo Zamarrón, abrió la lectura del poemario. Le siguieron los concejales del Ayuntamiento de Segovia Azucena Suárez, Sergio Calleja y Juan Carlos Monroy; la subdelegada del Gobierno, Marian Rueda; la delegada territorial de la Junta de Castilla y León, Raquel Alonso; el procurador en Cortes por el PSOE, José Luis Vázquez, y el obispo de Segovia, César Franco. Entre los participantes, gentes de la cultura, como Llanos Monreal, del Nuevo Mester de Juglaría, los poetas Carmen Truchado, Luis Llorente o Norberto Hernanz o los editores Carlos Rod y Guillermo Herrero; la empresa, como el restaurador y empresario José María Ruiz, o los medios de comunicación, como Carlos Aganzo, director de Relaciones Institucionales de El Norte de Castilla, o María Coco, de Segoviaudaz. También prestaron su voz los académicos Antonio Ruiz Hernando, Juan Manuel Santamaría, Rafael Cantalejo, María Jesús Callejo, Rafael Ruiz, Susana Vilches, Fernando Gomarín, Isabel Álvarez, Mario Pedrazuela y Carlos Álvaro.
Previamente a la lectura colectiva, el académico Juan Antonio del Barrio guio un paseo por los distintos puntos de la ciudad relacionados con la presencia en ella de Antonio Machado. El grupo, organizado por Ana Sundri, de Turismo de Segovia, partió del antiguo hotel Victoria, en la Plaza Mayor, donde el poeta se alojó nada más llegar a la ciudad, a finales de noviembre de 1919, y tuvo la oportunidad de evocar lugares como el desaparecido hotel Comercio Europeo, lugar donde Machado conoció a Pilar de Valderrama, Guiomar, en 1928. No faltaron la Universidad Popular Segoviana (iglesia de San Quirce) ni la casa del poeta en Desamparados.