La Real Academia de Historia y Arte de San Quirce ha clausurado este martes, 10 de junio, el ciclo Martes de San Quirce con una conferencia del académico de número Diego Conte Bragado, titulada La odisea de dos segovianos deportados en el Tren Fantasma. Ante un auditorio emocionado, donde se encontraban Cristina Cristóbal, nieta de Fermín Cristóbal, y Elisabeth y Aline Benito, hijas de Juan Benito (en la foto superior, junto al conferenciante), Conte narró la desgarradora historia de estos dos segovianos, oriundos de Sepúlveda y Maderuelo respectivamente, que sufrieron el exilio, los campos de concentración franceses y la deportación nazi en el infame Tren Fantasma.
La ponencia se centró en Fermín Cristóbal, fallecido en Dachau en 1945, y Juan Benito, superviviente del horror nazi, cuya trayectoria como miembro de la Resistencia francesa ha sido recientemente documentada. «Es la primera vez que documentamos a un segoviano miembro de la Resistencia francesa, Juan Benito, compañero de exilio y de internamiento de Fermín Cristóbal desde otoño de 1940», afirmó Conte, que destacó la relevancia del hallazgo. Ambos, compañeros desde los campos de Argelès y Noé, afrontaron juntos el calvario del Tren Fantasma, un convoy que, debido a los bombardeos aliados y la destrucción de infraestructuras, tardó cincuenta y siete días en llegar al campo de concentración alemán de Dachau, en lugar de los cuatro previstos.

El académico detalló las condiciones inhumanas del viaje, iniciado el 2 de julio de 1944 en Toulouse. «Les metieron en vagones de ganado, donde como mucho podrían caber ocho caballos o cuarenta hombres de pie, pero metieron a sesenta o setenta prisioneros en cada vagón, en el verano más caluroso que se recordaba en Europa», relató Conte. El convoy, conocido como Tren Fantasma por su capacidad de «aparecer y desaparecer» en túneles y vías secundarias, enfrentó interrupciones como la destrucción de la estación de Angulema y un mes de reclusión en la sinagoga de Burdeos, convertida en prisión. A pesar de los ataques de la Resistencia y la aviación aliada, llegó a Dachau el 28 de agosto de 1944.
Juan Benito, desde la cocina del campo de Noé, organizaba apoyo logístico para las brigadas de guerrilleros españoles, y actuaba como agente de enlace. Fue denunciado por su implicación en la Resistencia y deportado junto a Fermín y otros cincuenta y un españoles. Conte subrayó la fortaleza de Juan, que sobrevivió al tifus en Dachau, aunque con secuelas como tuberculosis. Tras la liberación, se asentó en Pau, Francia, donde la República Francesa lo reconoció como deportado resistente y le otorgó una pensión por invalidez hasta su fallecimiento en el año 2000.
Sobre Fermín, Conte planteó una hipótesis: «No tengo constancia documental de que Fermín Cristóbal colaborara con la Resistencia, pero dada su proximidad a Díaz Tendero, fundador de la Resistencia en el campo de Vernet, no es extraño que lo hiciera». Esta línea de investigación, junto con el descubrimiento de otros cuatro segovianos en la Resistencia, abre perspectivas para futuros estudios.
La presencia de las descendientes de ambos protagonistas añadió un componente emotivo. Las hijas de Juan confiaron a Conte su archivo personal, clave para reconstruir su historia, mientras que Cristina Cristóbal honró la memoria de su abuelo, víctima del tifus en Dachau. La conferencia, que combinó rigor histórico y sensibilidad, cerró el ciclo Martes de San Quirce.