La Academia celebra el Día de San Quirce y premia a Rafael de Arcos

Como cada 16 de junio, la Academia celebró su tradicional Día de San Quirce con una velada para el recuerdo. El acto, que conmemora al mártir san Quirce, destacó por su carácter festivo y el reconocimiento a quienes colaboran con los fines de la institución. En este ocasión, el premiado fue Rafael de Arcos Extremera, deán de la Catedral de Segovia.

La velada comenzó con las palabras de bienvenida del director, Pablo Zamarrón, que subrayó la importancia de esta celebración anual, dedicada a «los amigos» de la Academia. Zamarrón, que evocó la función de la Universidad Popular Segoviana, fundada en 1919, como pilar de la difusión cultural y educativa en Segovia, y la memoria del poeta Antonio Machado, aludió a los esfuerzos de «modernización» de la Academia, como la reciente instalación de una pantalla y un proyector, así como mejoras en el sistema de sonido, que han permitido optimizar las actividades culturales. «Poco a poco vamos consiguiendo modernizar el Aula». Además, expresó su gratitud a los colaboradores que, de manera desinteresada, sostienen las actividades de la Academia, desde cursos y conferencias hasta publicaciones que promueven el patrimonio segoviano.

Tuttovoce interpreta Piel canela en San Quirce

A continuación, el académico de número Carlos Álvaro tomó la palabra para ofrecer una breve exposición sobre san Quirce, el mártir del siglo IV que da nombre a la iglesia y a la Academia. Álvaro relató la historia de san Quirce y su madre, santa Julita, martirizados bajo los edictos del emperador Diocleciano. Según narró, Quirce, un niño de apenas tres años, y su madre fueron perseguidos por su fe cristiana. Ante el gobernador Alejandro, Julita proclamó su cristianismo, y el pequeño Quirce, milagrosamente, exclamó: «Yo también soy cristiano». Este acto de fe les costó la vida, pero su legado se extendió por la cristiandad, llegando hasta Segovia, donde la iglesia de San Quirce, del siglo XII, se convirtió en un lugar de culto. Álvaro destacó la relevancia histórica de la iglesia, una de las más antiguas de Segovia, y su transformación en 1927 en la sede de la Universidad Popular, adquirida por 7.000 pesetas a propuesta del profesor Mariano Quintanilla. «De no ser por la visión de nuestros antepasados, esta iglesia habría corrido la misma suerte que otros templos románicos abandonados, como San Facundo o San Pablo», señaló. La restauración, a cargo del arquitecto Cabello Dodero, permitió convetir el edificio en un centro cultural que hoy sigue vivo.

Reconocimiento

El momento culminante de la velada fue la entrega de la distinción al deán de la Catedral de Segovia, Rafael de Arcos Extremera. La condecoración reconoció su inestimable colaboración con la Academia y su labor en la renovación del patrimonio eclesiástico y cultural de la ciudad. Zamarrón elogió la trayectoria de De Arcos como ecónomo y canónigo de la Catedral, así como su capacidad para liderar iniciativas como la restauración de capillas, órganos y la promoción de exposiciones y congresos, además de la conmemoración de los 500 años de la Catedral. «Don Rafael es una persona tranquila pero inquieta, con una gran capacidad de trabajo y un enfoque positivo que resuelve problemas con sentido común», afirmó el director, que entregó a De Arcos la Cabeza de Machado, obra del escultor José María García Moro.

Rafael de Arcos, durante su intervención

En su discurso de aceptación, De Arcos expresó su gratitud y subrayó la importancia de la colaboración desinteresada. «Desde 2017, he sentido que mi labor es estar al servicio de todos, porque el trabajo en equipo es lo que nos hace avanzar», dijo. El deán hizo hincapié en la relevancia de san Quirce como símbolo de resistencia y fe, y destacó que el arte, la historia y la cultura promovidas por la Academia no pueden ser reemplazadas por máquinas o inteligencia artificial. «El conocimiento debe brotar del corazón, para el bien común», añadió. El público ovacionó sus palabras.

Tuttovocce

La velada concluyó con una actuación memorable de Tuttovoce, ensemble vocal que deleitó a los asistentes con un repertorio de boleros, tangos y otras piezas musicales. Con más de veinte intérpretes, el grupo llenó el Aula de San Quirce de melodías que evocaron nostalgia y alegría, cerrando la noche con un ambiente festivo.

La celebración del Día de San Quirce reafirmó el compromiso de la Academia con la preservación del legado cultural de Segovia y su proyección hacia el futuro. Como señaló Zamarrón, «hoy es un día de celebración, pero también de agradecimiento a todos los que hacen posible esta institución». Con planes para conmemorar el centenario de la adquisición de la iglesia en 2027, la Academia de San Quirce sigue siendo un faro de cultura y memoria en la ciudad.