La profesión médica aborda la relación con el paciente en la era de las nuevas tecnologías

Los fenómenos de última generación, plasmados en herramientas como la Inteligencia Artificial o los procesos de big data, facilitan en gran medida la labor profesional, pero nunca podrán sustituir el acto médico sostenido en la relación personal.

Es uno de los principales mensajes del encuentro Humanismo y Medicina, verificado este jueves, 21 de noviembre, en el Aula de San Quirce bajo la organización conjunta del Colegio de Médicos de Segovia, la Real Academia de Medicina de Salamanca y la Real Academia de San Quirce, y el patrocinio de Caja Viva Caja Rural. Los ponentes destacaron asimismo el perfil polifacético y creador que atesora, en su conjunto, la profesión médica.

El acto empezó con las palabras de bienvenida del director de San Quirce, Pablo Zamarrón, «encantado» de abrir las puertas del Aula a ponencias de este tipo, pues la Academia siempre está «dispuesta» a albergar cualquier forma de divulgación del conocimiento y la cultura que posea un interés social.

El encuentro puso el foco en la figura del hombre como protagonista. El doctor Ricardo Santamaría, académico de la Real Academia de Medicina de Salamanca, abordó en su ponencia el tránsito de la medicina de la Edad Media al Humanismo. Santamaría rescató a médicos humanistas españoles de diversas épocas, de los que alabó el «talento que atesoraban» en muchas disciplinas. Santiago Ramón y Cajal, por ejemplo, era un excelente fotógrafo.

El doctor Francisco Lozano, presidente de la Real Academia de Medicina de Salamanca, disertó sobre la cirugía del siglo XVI y habló de Andrés Alcázar, primer catedrático de Cirugía de la Universidad de Salamanca, una personalidad de alcance europeo cargada de proyección creativa que se repite en la historia de la medicina, porque «los médicos salvamos vidas, pero también vemos morir pacientes, y eso nos genera una inquietud consustancial».

Medicina con cerebro y corazón

Las reflexiones del doctor José Antonio Sacristán, director general de la Fundación Lilly y académico correspondiente de San Quirce, cerraron las ponencias. Sacristán rescató una definición humanista de la práctica médica como «arte de la medicina científica, con cercanía al paciente» y recordó a otro clásico, William Osler, para insistir en la necesidad de «ejercer la medicina con el cerebro y el corazón porque todos los avances y tecnologías están muy bien, pero no debemos olvidar nunca la faceta humana».

El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia, Graciliano Estrada, que moderó el coloquio posterior a las ponencias, reivindició la presencialidad, vínculo vital para la práctica médica, pues «la ciencia y la investigación van abriendo caminos en la medicina ofreciendo nuevas herramientas y terapias que son enormemente válidas y agradecidas, pero que nunca deben conllevar la merma de la humanización esencial que requiere la relación entre el profesional y el paciente», dijo el doctor Estrada.