El doctor Ignacio Casado, jefe del Servicio de Neurología del Complejo Universitario de Cáceres y académico de número de la Real Academia de Medicina de Salamanca, impartió el 19 de mayo la tercera conferencia del Aula Andrés Laguna, Ciencia, Medicina y Humanismo, organizada por la Real Academia de San Quirce de Segovia bajo el auspicio de la Fundación Lilly. La ponencia exploró los misterios de la memoria a través de la ciencia, el humanismo y las referencias a casos concretos.
El doctor Casado, doctor en Neurología y licenciado en Filología Hispánica, rindió homenaje al médico segoviano Andrés Laguna, figura clave del humanismo renacentista, citado por Cervantes en el Quijote y conocido por su discurso europeísta de 1543 en Colonia, donde abogó por la paz y la unidad en Europa, mensaje cuya vigencia subrayó el conferenciante.

El título de la conferencia, ¿Por qué recordamos y por qué olvidamos?, planteó una reflexión profunda sobre la memoria y el olvido, conceptos que Casado presentó como inseparables, citando a Borges: «El olvido es una de las formas de la memoria, la otra cara secreta de la moneda». La ponencia abordó cómo la memoria, personificada en la mitología griega por la titánide Mnemósine, y el olvido, representado por Lete, son procesos complementarios. «El olvido es una característica de la memoria, no un fallo», dijo Casado.
El neurólogo explicó que la memoria no es un sistema único, sino un conjunto de redes neuronales que operan de forma coordinada. Dividió los tipos de memoria en tres categorías principales: sensorial, de trabajo (o a corto plazo) y a largo plazo, esta última subdividida en explícita (episódica y semántica) e implícita (como la memoria procedimental). Para ilustrar su funcionamiento, relató el caso de Henry Molaison (H.M.), un paciente estadounidense que, tras someterse a una cirugía para tratar su epilepsia, perdió la capacidad de formar nuevos recuerdos debido a la extirpación de partes de su hipocampo. Este caso, estudiado por figuras como Brenda Milner, marcó un hito en la neurociencia porque demostró la función crucial del hipocampo en la codificación de memorias, aunque los recuerdos se almacenen en la corteza cerebral.
Casado destacó asimismo cómo la memoria de trabajo, dependiente de la corteza prefrontal, permite razonar y manipular información en tiempo real, pero es vulnerable al envejecimiento, el estrés o la multitarea. En contraste, la memoria episódica, que nos arraiga en el tiempo y el espacio, se ve afectada en enfermedades como el alzhéimer, que comienza en el lóbulo temporal medial. La memoria semántica, por su parte, almacena conocimientos generales, como el color de las fresas o la capital de Francia, sin necesidad de recordar el momento en que se aprendieron.
«El olvido, lejos de ser un fallo, es un mecanismo esencial». Casado citó a William James y Nietzsche para señalar que olvidar permite priorizar información relevante y adaptarnos a un mundo cambiante. Explicó conceptos como el olvido activo, motivado por emociones, o el olvido por interferencia, como cuando una nueva contraseña desplaza a la anterior. La curva del olvido de Ebbinghaus, que muestra cómo olvidamos rápidamente tras aprender, pero retenemos huellas que facilitan el reaprendizaje, fue otro punto clave.

La conferencia exploró el propósito evolutivo de la memoria: facilitar predicciones para sobrevivir. El doctor destacó que el cerebro humano, lejos de ser solo un almacén de recuerdos, es una «máquina de pensar» que usa el pasado para imaginar el futuro. Resonancias funcionales muestran que recordar e imaginar activan las mismas áreas cerebrales, un hallazgo que sustenta el concepto del «cerebro prospectivo». Esta capacidad, ligada al lenguaje y la narrativa, ha sido clave para la supervivencia humana, desde las pinturas rupestres de Lascaux hasta la literatura moderna.
Con citas de Borges, García Márquez y Ortega, Ignacio Casado afirmó que la memoria nos conecta con el pasado y nos permite construir el futuro. Su mensaje final fue claro: «La memoria es la base de nuestra capacidad para razonar, imaginar y crear, mientras que el olvido es su aliado indispensable».