El catedrático emérito de Historia Moderna de la Universidad de Castilla-La Mancha y académico correspondiente de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, Ramón Sánchez González, abrió este martes, 20 de mayo, el ciclo Martes de San Quirce con la conferencia La corografía como género historiográfico: Diego de Colmenares (Segovia) y Francisco de Pisa (Toledo).
Sánchez González definió la corografía como un género historiográfico que, en el siglo XVII, buscaba «cantar las excelencias» de una localidad, generalmente una ciudad, poniendo de relieve su clima, su ubicación, su fertilidad, su historia y sus personajes ilustres, a menudo con un tono patriótico y sin reparo a la hora de recurrir a hipérboles. «Es una historia específica de un núcleo de población, en oposición a la historia general, con poca objetividad, destinada a ensalzar la patria chica», explicó.
El núcleo de la conferencia giró en torno a dos obras emblemáticas: la Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla (1637), de Diego de Colmenares, y la Descripción de la imperial ciudad de Toledo (1605), de Francisco de Pisa. Ambos autores, clérigos y eruditos, compartían un compromiso con la memoria histórica de sus ciudades. Sus textos, que remontan los orígenes de Segovia y Toledo a figuras legendarias como Tubal o Hércules, combinan historia política, eclesiástica y pormenores locales, aunque con enfoques distintos. Colmenares ofrece un relato cronológico y detallado, mientras que Pisa subraya las virtudes naturales de Toledo.
El conferenciante se detuvo en el tratamiento de las Comunidades de Castilla (1520-1521), episodio crucial para ambas ciudades. Si Colmenares dedica treinta páginas al conflicto y le da un un enfoque más equilibrado, Pisa solo emplea cuatro páginas para minimizar la implicación de Toledo, a la que presenta como leal al rey cuando realmente fue todo lo contrario.
A pesar de sus limitaciones, como el uso de fuentes imprecisas o la exageración de hechos, Sánchez González defendió el valor de ambas obras: «Constituyen una fuente indispensable para conocer el devenir histórico de Segovia y Toledo. Colmenares y Pisa, movidos por un patriotismo local, dejaron un legado citado en cualquier investigación sobre estas ciudades». La corografía refleja la idea de la ciudad como «patria natural», signo identitario que une a sus habitantes en un pasado compartido. El conferenciante destacó finalmente la relevancia de estas obras como expresión literaria del orgullo local. «Aunque a veces farragosas, son iluminadoras. Leer a Colmenares y Pisa es adentrarse en el pasado de dos ciudades cuyo peso en la historia de España es innegable», afirmó.